El gobierno del Partido Socialista de España (PSOE)-Podemos está supervisando la mayor caída en los niveles de vida desde la crisis económica mundial de 2008 y la salvaje austeridad de la UE impuesta por los sucesivos gobiernos del PSOE y del Partido Popular de derecha a instancias de los bancos.
Desde que golpeó la pandemia en marzo de 2020, la desigualdad ha aumentado debido a los rescates bancarios masivos y la guerra de la OTAN en Ucrania contra Rusia. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población española en riesgo de pobreza o exclusión social aumentó en 2021 hasta el 27,8 por ciento. En 2018 fue del 21,5 por ciento, lo que significa que más de 1 millón de personas cayeron en la pobreza en los últimos dos años.
El último informe de la fundación FOESSA, vinculada a Caritas de Caridad Católica, apunta en la misma dirección. Seis millones de personas en España se encuentran en estado de exclusión social severa, un aumento del 50 por ciento respecto a 2018; menos de la mitad de los hogares están a salvo de sufrir algún tipo de exclusión social.
Según la ONG Save the Children, uno de cada tres niños españoles vive en la pobreza, sufre privaciones materiales severas o vive en hogares con baja intensidad laboral, es decir, cuyos miembros en edad de trabajar realizaron menos del 20 por ciento de su potencial laboral total en el año. antes de la encuesta. España es el tercer país europeo con mayor índice de riesgo de pobreza y exclusión infantil, solo superado por Rumanía y Bulgaria.
Al mismo tiempo, el colapso capitalista en curso ha sido aprovechado por la oligarquía capitalista que ocupa las alturas de la sociedad para saquear la riqueza. Como escribió Marx, la acumulación de riqueza en un polo requiere la acumulación de pobreza, miseria y degradación en el otro.
El informe anual de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, indica que la renta del 10 por ciento más rico de la sociedad creció un 11,8 por ciento más que la del 10 por ciento más pobre en 2021, 1,3 puntos porcentuales más que en 2020. Este aumento es el mayor en los 13 años desde que se llevó a cabo este estudio.
Todos estos datos marcan una situación catastrófica para las familias trabajadoras. Sin embargo, lo peor está por venir, ya que la inflación se dispara muy por encima de los aumentos salariales. Solo 400.000 trabajadores de una plantilla de 20 millones tienen cláusulas de revisión salarial vinculadas a la inflación. Los sindicatos son los principales garantes de esta política, trabajando activamente con los empleadores para hacer cumplir los acuerdos salariales muy por debajo de la inflación, que en septiembre fue del 9 por ciento. De facto, esto implica caídas generalizadas de los salarios reales.
Por ejemplo, en el sector del metal, el aumento salarial promedio será de solo 2,29 por ciento para casi 940.000 trabajadores. En el sector químico será solo del 2 por ciento este año, luego de subir solo el 1 por ciento en 2021 (con una inflación del 6,5 por ciento). Los salarios de la construcción subirán un 4 por ciento, mientras que para los funcionarios públicos será sólo del 3,5 por ciento. En la banca, las burocracias sindicales firmaron aumentos irrisorios de 2,5 por ciento en 2021, 1 por ciento en 2022 y 1,25 por ciento en 2023.
Para el 75 por ciento de los trabajadores con convenio colectivo, los aumentos no llegarán al 4 por ciento, y será aún peor para el 65 por ciento de los trabajadores españoles que no están sujetos a ningún convenio.
Los líderes sindicales defienden su papel como policía nacional para hacer cumplir los aumentos salariales por debajo de la inflación para permitir que la oligarquía financiera aumente sus ganancias y libre la guerra de la OTAN en Ucrania. Javier Pacheco, secretario general de las Comisiones Obreras Vinculadas a Podemos (CC.OO) de Cataluña declaró recientemente: “No creo que estemos en condiciones de pactar convenios colectivos con salarios en los niveles de inflación actuales”.
Para más y más familias de clase trabajadora, será imposible llegar a fin de mes. Aunque la inflación se sitúa en el 9 por ciento, muchos productos básicos han visto subir sus precios mucho más. Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios señala que en un año el precio medio de los alimentos ha subido un 15,2 %: la pasta un 59,9 %, el aceite de oliva un 52,6 %, la harina de trigo un 49,7 % y los huevos un 45,9 %.
Al auge de los alimentos se suma el de la vivienda. Según el portal inmobiliario Fotocasa, los alquileres en España han subido un 41 por ciento entre 2015 y 2021. Pero aún más grave puede ser la subida de las hipotecas para quienes han comprado una vivienda. Los aumentos en las tasas de interés que está aplicando el Banco Central Europeo están aumentando los pagos de hipotecas. El número de hipotecas variables revalorizadas anualmente ha aumentado un 35 por ciento en septiembre, lo que supone unos 180 € más de coste mensual para un préstamo medio.
La situación la resumió la economista Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que dijo al diario El País:: “Estamos al principio de algo grave… han subido mucho los precios, y lo notamos en el supermercado o en la factura de la luz. Si le sumamos la subida de las cuotas hipotecarias, queda poco espacio para las familias”.
Esa es también la opinión de muchas organizaciones benéficas dedicadas a la asistencia social. Cruz Roja prevé tener que atender a 400.000 personas más este año, y Cáritas gastará un 10 por ciento más de dinero para atender a las mismas personas que en 2021, aunque es consciente de que tendrá muchas más solicitudes.
La catástrofe social es otra exposición devastadora de las políticas antiobreras y el militarismo imperialista del partido de pseudoizquierda Podemos.
El Gobierno del PSOE-Podemos asegura que está abordando la situación en los presupuestos de 2023, presentados como el mayor gasto social de España en la historia. La líder de Podemos y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dijo: “Son Presupuestos Generales del Estado que le hablan a la gente trabajadora, a los que más han sufrido”.
Sin embargo, como ha señalado el WSWS, esto es falso. El aumento del gasto social está muy por debajo del nivel de inflación. El principal incremento presupuestario corresponde al gasto en defensa, que alcanzará casi los 27.000 millones de euros, el 2,17 por ciento del PIB, según el pacifista Centro de Estudios para la Paz Delàs. Incluso superará la petición de la OTAN a sus miembros de alcanzar el 2 por ciento del PIB gastado en defensa. Este es un claro apoyo a la política militarista de la OTAN y su guerra contra Rusia en Ucrania.
Otra partida importante de gasto serán los 31.000 millones de euros destinados al pago de los intereses de la deuda pública y que acabarán en manos de bancos y grandes fondos de inversión internacionales. Frente a estas cifras, sólo se destinarán 2,7 millones de euros al Ingreso Mínimo Vital, el dinero destinado a la prevención del riesgo de pobreza y exclusión social, o los 3,4 millones de euros para la atención de personas dependientes.
La clase trabajadora debe hacer un balance y sacar conclusiones políticas fundamentales. Tres años en el poder, las promesas del gobierno PSOE-Podemos han resultado ser un fraude. Podemos preside una crisis social de una magnitud no vista desde los años de hambre posteriores a la Guerra Civil Española (1936-1939). Mientras tanto, los beneficios se disparan: en 2021, las empresas obtuvieron un beneficio neto récord de 57.000 millones de euros.
Esa fuerza que puede poner fin a esto es la clase obrera internacional, unificada sobre la base de un programa socialista internacional, basado en el derrocamiento del sistema de ganancias. Deben crearse comités de base en todos los lugares de trabajo, controlados democráticamente por los propios trabajadores. Estos pueden unir a los trabajadores en España con los de Europa e internacionalmente en una lucha contra los bancos, los gobiernos capitalistas y sus cómplices de pseudoizquierda como Podemos.
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